En Pozohondo destacamos en el municipio la bonita Iglesia de San Juan Bautista. Esta edificación no se puede precisar la fecha exacta de su edificación, pero sí podemos asegurar que se construyó en el S. XVII. A lo largo de los años se realizaron en ella diferentes reformas tanto en el interior como en el exterior del templo, conservando actualmente muy poco de su antigua estructura, solamente la cúpula y la bóveda.

 

El retablo del altar mayor y los laterales eran de estilo barroco de gran valor artístico. Una verja de hierro separaba el altar del resto de la iglesia. En las paredes había varios nichos donde descansaban tallas de gran valor, destacando una Purísima de Salzillo.

En la parte de atrás una columna sostenía el coro y junto a la misma una gran pila, contenía el agua bendita utilizada para santiguarse al entrar a la Iglesia. La sacristía estuvo ubicada en lo que hoy es la capilla, era bastante amplia y en sus paredes estaban pintados los doce apóstoles a tamaño natural.

 

Como otras muchas iglesias, en un principio tenía doble función: de iglesia y de cementerio. Allí fueron enterrados los difuntos, hasta el años 1.813, fecha en que se edificó el cementerio parroquial, dejando de hacer enterramientos en la misma.

 

Siguiendo por la carretera de los Pocicos, a unos metros del pueblo, se aparta a la derecha un camino que nos lleva a la Molineta, pequeña elevación junto a Picayo. Los restos del molino de Pablo nos muestran que debió de ser uno de los molinos más sólidos y grandes de Albacete por su perímetro exterior, 23 metros, con un grosor de muro de 1.25 metros. Otro de los molinos se encuentra en el paraje donde hoy se encuentra la Ermita del Calvario. Este singular molino de viento, enclavado en Nava de Arriba, es único en toda la provincia de Albacete en cuanto a su construcción y fuera de toda norma en cuanto a su clasificación como manchego o como mediterráneo.

 

La estructura está realizada con una base de forma tronco-cónica de 1,30 metros de altura, un grosor de muro de 90 centímetros y un perímetro exterior de 19,30 metros. Continúa elevándose con otra capa tronco-cónica de menor perímetro que la anterior y termina con una tercera capa de forma abovedada incompleta, al estar situado en el techado, el rotor.

La altura total de los restos visibles es de unos 4 metros, se observa una puerta y lo que pudo ser una ventana. Lo más llamativo de este molino situado a 950 metros de altitud al lado izquierdo de la carretera de Nava de Arriba a Liétor, es un machón cilíndrico de 1,40 metros de altura y 4,10 metros de perímetro, el cual soportaría el peso del piso donde se encontraban las piedras y el resto de la maquinaria

 

Los íberos también dejaron su huella por esta localidad, a poca distancia del pueblo podemos encontrar los yacimientos arqueológicos, que se encuentran junto al cementerio nuevo, allí se encontraron restos de un poblado íbero-romano y restos de bronce.